El mayordomo infiel (Lucas 16:1-13)

by Daniel Yahav

En nuestro mundo de hoy, escuchamos a menudo de personas que utilizan su posición, su dinero y su poder de manera equivocada para hacer acciones injustas. Como esto se ha hecho cada vez más común, necesitamos recordar cuál es el estándar requerido de nosotros como hijos de Dios, hijos de la luz. La parábola del mayordomo infiel, que encontramos en Lucas 16, nos brinda varios puntos importantes a considerar.

Jesús nos dio la parábola del mayordomo infiel para enseñarnos las lecciones con las cuales El mismo concluye la historia: " El que es fiel en lo muy poco, es fiel también en lo mucho; y el que es injusto en lo muy poco, también es injusto en lo mucho. Por tanto, si no habéis sido fieles enel uso de las riquezas injustas, ¿quién os confiará las riquezas verdaderas? Y si no habéis sido fieles en el uso de lo ajeno, ¿quién os dará lo que es vuestro? Ningún siervo puede servir a dos señores, porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas".

La parábola nos habla de un cierto hombre, quien escuchó sobre la deshonestidad de su mayordomo y le pide cuentas de sus acciones. Jesús lo llama el “mayordomo infiel” - lo cual nos indica que no había sido un acto de generosidad o justicia sino más bien, uno de injusticia y trampa por parte del mayordomo. Cuando el mayordomo infiel se da cuenta que pronto perderá su trabajo y su manera de vivir, continúa obrando de manera fraudulenta, tratando de comprarse “amigos” quienes lo acogerán en su casa una vez que lo despidan. Trata de asegurarse su futuro, invitando a los deudores de su jefe a trampear sus cuentas. Esto lo hace “rápidamente”- así lo indica la Biblia – porque las obras de la oscuridad siempre se hacen en secreto, apuradamente y bajo el temor de ser descubierto. El mayordomo infiel reduce la deuda de su jefe y, al hacerlo, le roba dinero y traiciona la confianza que ha puesto en él. El siguiente versículo, en el cual el Señor alaba al mayordomo infiel, puede crear cierta confusión si no es entendido dentro del contexto. ¿Qué es exactamente lo que el Señor alaba? De hecho, la respuesta la encontramos en el propio versículo: "El Señor elogió al mayordomo injusto porque había procedido con sagacidad, pues los hijos de este siglo son más sagaces en las relaciones con sus semejantes que los hijos de la luz.". El Señor alabó al siervo infiel sólo por su sagacidad y no por su mala acción de robarle a su jefe. Además, continúa explicando que los hijos de este mundo son mucho más sagaces que los hijos de la luz. De hecho, la gente del mundo están controladas por su señor, el que gobierna el aire, el mismo diablo (Efesios 2:2). El diablo es un mentiroso (Juan 8:44) y la gente del mundo están acostumbrados a mentir y hablar lo que les conviene y promueve sus intereses; mientras que los hijos de la luz aprenden a hablar la verdad, sin importar sus intereses personales. Esto crea una situación donde la gente del mundo se está volviendo experta en el engaño para crear ganancia para sí misma; mientras los hijos de Dios buscan crecer en integridad de manera de ser hallados irreprochables e inocentes delante de Dios. Yo mismo he experimentado esta realidad en mi propia vida. En esta afirmación, Jesús nos da una advertencia, y haríamos bien en prestarle atención y ser conscientes de esa dinámica. También necesitamos crecer en sabiduría y sagacidad, no para usarlas negativamente, sino para ser sabios y cuidadosos. Este es el mismo contexto de cuando Jesús dice que nos envía como ovejas en medio de lobos ... (Mateo 10:16).

A partir de aquí, en el próximo versículo, Jesús continúa y dice: "Y yo os digo: Haceos amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando falten, os reciban en las moradas eternas.” ¿Qué era lo que quería decir?Siguiendo la misma línea de pensamiento, en el mismo pasaje donde el mayordomo infiel trata de garantizarse a sí mismo un lugar donde vivir a través de hacer trampa con dinero robado, Jesús apunta nuestra atención hacia las moradas eternas, las cuales son mucho más importantes. Jesús no especifica si son las moradas buenas o las moradas malas. Su objetivo es dirigir la atención de sus oyentes hacia el hecho de que hay moradas eternas donde la gente pasará su eternidad (Daniel 12:2). Muchas personas buscan ganar “buenas moradas” en este mundo, aún a costa de hacer trampa y engañar, sin pensar en el lugar donde pasarán la eternidad en un futuro más lejano. Aquí, Jesús le dice a su audiencia, entre la cual también habían fariseos,- conocidos por su amor al dinero (versículo 14) – en un tono de alguna manera sarcástico: "continúen comprando “amantes” para ustedes mismos, a través de la injusticia y el fraude, pero sepan que un día estarán de pie frente al tribunal, y estas malas acciones determinarán su morada eterna. Pasarán la eternidad junto a todos esos “amantes” que cooperan, trampean, mienten y forjan documentos; por lo tanto, se hicieron socios en las obras engañosas del mayordomo infiel.” El mayordomo infiel no ayudó a los pobres y no dio de su propio dinero. Fue “generoso” a expensas de otro, a expensas de su jefe a quien robó. Ese dinero obtenido de manera fraudulenta, nunca podría servir a Dios y, de ninguna manera, fue una obra de bondad y caridad sino una de ladronería y ganancia injusta.

Para quitar toda duda, Jesús nos interpreta la parábola diciendo:

1) "Aquél que es fiel en lo poco también será fiel en lo mucho: y aquél que es injusto en lo poco, lo será en lo mucho" – Necesitamos ser probados y ser encontrados fieles en las tareas pequeñas, incluso en las más sencillas de lo cotidiano, en el hogar, la escuela, la universidad, el trabajo, etc, de manera que Dios pueda confiarnos un servicio más significativo e importante. Esto es una verdad en cualquier área de nuestra vida. Quien es fiel en las tareas simples y pequeñas será promovido y tendrá mayor responsabilidad en todas las áreas en las que está involucrado y, finalmente, de Dios mismo.

2) "Si no has sido fiel con el dinero injusto, ¿Quién te confiará las verdaderas riquezas?" - Se nos exige ser fieles en cuanto al dinero y obrar con integridad, lealtad, sin engaño, de manera que Dios pueda confiarnos las cosas reales, las cosas de valor elevado y eterno, el servicio espiritual.

3) "Y si no has sido fiel con aquello que es de otro, ¿Quién te dará lo que es propio? " - Necesitamos ser leales y actuar con responsabilidad y honestidad con lo que es propiedad de otros – por ejemplo, su tiempo, propiedades y recursos – y no robarlos, como hizo el mayordomo infiel con la fortuna de su jefe. Dejemos la actitud de “Esto no es mío, no me importa...” - En mi vida, siempre tuve mucho cuidado de cuidar cada centavo de mi empleador. Una vez, uno de los proveedores de la compañía donde trabajé, preguntó si la planta era propiedad de mi padre. El preguntó porque nos envió miles de piezas, entre las cuales algunas estaban dañadas. Como la fábrica donde trabajé siempre necesitaba estas piezas, me senté por horas a chequearlas, una por una, y le devolví las defectuosas. Lo hice sin que el dueño me lo hubiera pedido. El hombre no había visto tal conducta y por eso pensó que la fábrica era de mi padre. Yo lo hice por ser responsable y como si fuera a Dios. Unos años más tarde, el Espíritu Santo me habló claramente llamándome a ser pastor. Si somos fieles con lo que es de otro, Dios puede darnos lo que ha preparado para nosotros. No debemos robar, dañar o desperdiciar lo que es de otro pensando “ no es mío, no me afecta, ¿para qué esforzarme...?" o pensar: "ellos tienen mucho, no notarán que falta algo..." Y esto también incluye la lealtad en el uso del tiempo.

4) "Ningún siervo puede servir a dos jefes: porque odiará uno y amará el otro; o se aferrará de uno y despreciará el otro. No puedes servir a Dios y a Mamón" – Por último, la pregunta es ¿Qué es lo más importante para nosotros? ¿A quién servimos y por quién estamos dispuestos a correr la milla extra? El amor al dinero (mamón) viene de buscar las propiedades y las “buenas moradas” en este mundo. La gente está dispuesta a mentir, engañar, robar y actuar injustamente por esta causa sin considerar a dónde los lleva. El que sirve a Dios entiende que hay algo más importante y valioso, las “moradas eternas” por las cuales deberíamos luchar. Es imposible servir a los dos: Dios y mamón. Tarde o temprano, enfrentaremos decisiones donde tendremos que escoger entre la honestidad y la posibilidad de “perder” dinero o engañar – por ejemplo, con las autoridades de los impuestos – para poder ganar o “ahorrar” dinero. Ese es sólo un ejemplo de muchos. El que es sabio, mira hacia la eternidad y escoge ser honesto y fiel ante Dios, buscando las buenas moradas eternas en el reino de Dios; y no servir al mamón (dinero) injusto que nos guiará hacia "la verguenza y la confusión perpetua" (Daniel 12:2) donde todos los amantes del dinero, quienes lo usaron injustamente, morarán juntos.

¡Seamos siempre encontrados leales y verdaderos ante los ojos de Dios!